NO TENGO MOTIVOS

No tengo motivos
pero hay veces que la alegría
estalla entre mis vértebras
la siento correr por mis arterias
como un cándido río o
según el día
como una cascada furiosa de placer

Cuando mis ojos
apuntan hacia fuera
el mundo que observan
es cruelmente bello
confuso contradictorio
frágil temeroso
resignado a vaya que extraña
constelación ajena

Pero cuando mis ojos
apuntan hacia adentro
¡Ay! que universo tan grande
el mundo es otro y palpita
desde todo su esplendor
late en su ternura y en su locura
crepita en el espanto
como leña que arde permanente
se derrama suave
como el más tibio de los besos

No tengo motivos cotidianos
para ser feliz
frente a una realidad
que se devora a sí misma
sin embargo
gracias a este equilibrio
de mirada hacia adentro
mirada hacia fuera
cada momento
por más bello o brutal
que se presente
colma la sed arisca
de mi alma

Puedo llorar o reír
como si cada acto
fuese la primer risa
o el último dolor
saboreando cada instante
como imagino será
el gusto de la muerte
bien recibida



Artista plástica: Sol Wilczek

1 comentario:

Silvia García dijo...

Creo que el equilibrio es una de las cosas más difíciles de lograr, pero gracias a él podemos transitar la ley de los opuestos sin mayores altibajos,el trabajo está, me parece, en que cada día más, nuestro universo interno brille tanto que al volver nuestra mirada hacia él, su fulgor nos encandile y nos llene de ternura y amor por nosotros mismos y por los demás
Te dejo un abrazo